Psicología y fútbol

Inteligencia emocional aplicada al fútbol


La inteligencia emocional es la capacidad de poner inteligencia en las emociones y emociones en la inteligencia” (Goleman, 1996). Teniendo en cuenta esta definición, creo que todos podemos atribuirle aplicaciones al mundo del deporte, independientemente de si eres jugador, entrenador o padre.
La inteligencia emocional requiere una serie de habilidades que nos permiten sentir, entender, controlar y modificar nuestras emociones y la de los demás. El fútbol es un deporte en el que todas estas habilidades se ponen de manifiesto a través del sentimiento de equipo y de pertenencia a un club, emoción en la victoria, derrota o los cambios momentáneos de marcador (y por extensión, también del estado de ánimo), la emoción de la convocatoria, de salir titular o suplente, de estar en la grada, de animar a los compañeros, de conseguir o evitar un gol, de realizar una acción técnicamente deliciosa. Todas estas situaciones implican manejar técnicas de control emocional, desarrollar el entusiasmo y la motivación por la tarea y por el logro, comprender a los demás (empatía) y adquirir la capacidad de influenciar y persuadir (liderazgo).
Me he encontrado en casi todos los campos de fútbol un sistema de aprendizaje que se basa únicamente en lo racional, y a veces no llega ni ahí, olvidándose la trascendencia que tiene todo lo emocional. Un ejemplo de las ventajas del trabajo con las emociones es la forma en la que somos capaces de automotivarnos con una tarea: el jugador que es capaz de dar más de sí, que se exprime en cada jugada y disfruta con ello, que no da por perdido un balón, una jugada o un partido hasta que ya es imposible. Esta situación la hemos vivido recientemente con  Casillas en el partido Sevilla – Real Madrid cuando es capaz de lanzarse de un palo al otro para parar la ocasión que Manu del Moral tenía en sus botas, repitiendo la acción que ya había realizado el año anterior sobre Perotti.
La palabra “emoción” tiene su raíz latina en motere, que significa mover,  lo que nos da idea de que la emoción implica acción, movimiento, y si somos capaces de entrenarlas en el mundo del fútbol, podremos avanzar en el aumento del rendimiento de los jugadores. El procedimiento de transmisión de las emociones es esencialmente bioquímico, por lo que existe una probabilidad de entrenamiento a través de la asociación de las emociones y los sentimientos, ya que en este caso son conductas que se prolongan en el tiempo y se convierten en un estado de ánimo. La función de las emociones, desde un plano de atención biológico, es guiar al organismo hacia la supervivencia, ya que el sistema emocional es inteligente pero dependiente de diversos ámbitos: genético, ambiental, educacional y social, por lo que la influencia sobre las mismas no es del todo directa, sólo podemos mejorar una parte, pero ya es un avance.
Desde una perspectiva neurológica, visualizar una acción es lo mismo que realizarla. Como dice Giacomo Rizzolatti (2006) “Estos sistemas nos permiten entender lo que sucede en la mente de los demás, no a través del razonamiento y el pensamiento, sino de la simulación directa y el sentimiento”.
¿Qué podemos hacer para aumentar la inteligencia emocional de nuestros jugadores? Pues, teniendo en cuenta que existen una neuronas llamadas espejo que registran el movimiento que una persona está a punto de hacer y el sentimiento que puede llegar a experimentar, y que nos predisponen a hacer ese movimiento y experimentar esa sensación, así como la posibilidad de realizar un ensayo mental o visualización de la acción, que estimula las mismas neuronas que se activan cuando realmente estamos realizando dicha acción, ¿no podremos realizar algún tipo de técnica para que los jugadores tengan una predisposición hacia lo que queremos que realicen durante la competición: juego combinativo, sistema defensivo, acciones a balón parado, penalti? ¿No serán los videos motivacionales una forma de conseguir una predisposición de los jugadores hacia las conductas que deseamos ocurran? ¿No aumentarán los jugadores su estado de ánimo cuando se vean a sí mismos desarrollando situaciones correctas, recordando y sintiendo de nuevo esas conductas satisfactorias de experiencias previas?

Fuente: Victor Borrego

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